Archivos de la Stasi: muestra fotográfica se exhibe en Buenos Aires

>>  domingo, 5 de noviembre de 2017

Una muestra sobre la Stasi, el implacable sistema de inteligencia de la Alemania comunista
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Hasta el 5 de noviembre se puede visitar una muestra fotográfica que exhibe en Buenos Aires el accionar de la policía secreta de la República Democrática Alemana. Un repaso por la aparición de ese temible servicio de inteligencia de origen soviético en libros, películas y series

Agentes de la Stasi (Archivo: Simon Menner)

"Camaradas, debemos saberlo todo". Esa era la premisa que señaló a sus miembros una de las cabezas del temible Ministerio para la Seguridad del Estado (en alemán Ministerium für Staatssicherheit y más conocido por su abreviatura, Stasi), el órgano de inteligencia de la República Democrática Alemana (RDA). De manera secreta y siempre con la intención de investigar a disidentes y controlar a la población, funcionó por casi cuarenta años y con el paso de los años se convirtió en uno de los servicios de inteligencia más poderosos del mundo con miles de agentes, entre oficiales y "extraoficiales".

Para reflexionar sobre el poder y el accionar de ese organismo en medio de aquella Alemania dividida, que también se puede observar en numerosos libros, películas y hasta series, la semana pasada inauguró la muestra fotográfica Stasi – La policía secreta de la RDA. Vigilar-Intimidar-Perseguir en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, con el auspicio de la Embajada de Alemania y el Instituto Goethe de Buenos Aires. Separada en cinco secciones –juventud, turismo, cultura, iglesia y deporte–, la exhibición da cuenta del control de la vida cotidiana a la población ejercida por la Stasi, que entre otras cosas espiaba, registraba con cámaras y fotografiaba a quienes establecía como posibles peligros para el régimen que imperaba en la Alemania oriental.

Para la apertura de la exposición fue invitado Gerd Poppe, un dirigente político que nació y se crió en la RDA que luego se convirtió en disidente. Él mismo investigado y espiado por la Stasi por su activismo político y su oposición al régimen, años después trabajó como delegado del Gobierno Federal alemán para su ministerio de Asuntos Exteriores en temas vinculados con derechos humanos y ayuda humanitaria.

En diálogo con Infobae, Poppe puso en contexto el surgimiento de la Stasi, que suele ser muchas veces simplificado: "Comenzaría con la historia previa, con los crímenes perpetrados por los nazis en Alemania a la población judía y también a la población polaca y rusa. Eso sería el punto de partida para comprender qué es lo que sucedió después. Después de la derrota, Alemania fue dividida en cuatro zonas de ocupación y aquellos que vivimos en la zona de ocupación soviética, que luego se convirtió en la República Democrática Alemana (RDA), a diferencia de los alemanes que quedaron del lado occidental, no emprendieron el camino de una dictadura a una democracia sino que pasaron directamente de una dictadura a otra dictadura".

"Por supuesto que entre la dictadura nazi y la dictadura comunista hay grandes diferencias y no se las puede comparar o decir que fueron iguales, pero en ambos casos hubo millones de víctimas. En el tiempo en el que yo me crié, crecí y fui a la escuela, en Alemania Oriental el poder de la ocupación soviética era el conductor y decidía todo hasta 1953, que fue el año en el que murió Stalin. Hasta entonces hubo muchísimas víctimas: hubo personas desaparecidas, torturadas, ejecutadas. Fueron detenidas y también enviadas a los gulags en la Unión Soviética. Esa fue la época del terror. Y en esa misma época se fundó el Ministerio de Seguridad del Estado", apuntó Poppe. El dirigente político explicó también que el gran conductor del régimen era el Partido Comunista Unificado y que de él emergían todas las órdenes.

"La Stasi es responsable de múltiples detenciones, pero lo que después sucedía con esas personas detenidas era algo que resolvía el Partido. Ellos seguían los juicios en los casos de los presos políticos y los jueces lo que hacían era pronunciar simplemente esa sentencia, tal como se la habían transmitido desde el Partido", señaló Poppe, que fue víctima directa de ese organismo de inteligencia.

"En mi caso particular, en mi entorno de amigos había varios espías. Había personas que informaban acerca de lo que nosotros realizábamos en particular cuando fundamos un grupo opositor en la segunda mitad de la década del 80. Ahí, por ejemplo, de 20 personas al menos seis eran espías. Era algo que nosotros no sabíamos y que ni siquiera ellos entre sí sabían", detalló y agregó: "Yo sabía, por supuesto, que a mí me observaban. También veía que me observaban. En un caso encontré y quité un micrófono del techo de mi casa. También me llamaron a interrogatorio y tuve la suerte de no estar en prisión. Pero sí durante veinte años experimenté esto de manera muy personal. De modo que para mí era claro que esto sucedía. Lo que no sabía era cuáles eran las dimensiones de lo que estaba sucediendo. Es decir, cuántas personas estaban realmente ahí delatando". Según cálculos oficiales, si se pusieran en una fila, los archivos, legajos y demás documentos generados por la Stasi ocuparían una extensión cerca de 180 kilómetros. En el caso de Poppe y su familia, pudieron saber que la fuerza contaba con 10 mil páginas de legajos.




Las intervenciones de la Stasi y la vida durante aquella Alemania dividida se pueden encontrar en distintas manifestaciones artísticas.

En el libro Top Secret. Imágenes del archivo de la Stasi (2014) el fotógrafo Simon Menner compiló, luego de un arduo trabajo de investigación cuando se abrieron los archivos de la RDA, una serie de fotografías producidas por aquel servicio secreto. Se trata de un registro –el primero que revela esas particulares imágenes de la Alemania Oriental que recién se pudieron ver luego de la caída del Muro de Berlín– que a la vez representa un testimonio único: hay imágenes de francotiradores, de aquellos espiados por la fuerza, pero también fotos con las que se instruía a los agentes secretos para que supieran cómo disfrazarse e infiltrarse en actividades tildadas de "peligrosas" para el régimen.

La literatura también se encargó de reponer aquella atmósfera de sospechas, incluso entre allegados, familiares y hasta parejas. Uno de los autores que indagó sobre esto en su libroAmores en fuga (Anagrama, 2002) fue el escritor alemán Bernhard Schlink. En una de las historias, que lleva como título "El salto", se narra lo que le ocurre a una pareja que vivió en la Berlín Oriental de aquella época. Luego de varios años y secretos, se revela que uno de ellos habló sobre sus intimidades en un interrogatorio de la Stasi y las cosas ya no volverán a ser como antes.

Aunque no es el tema central, el clima de época y el accionar de espías entre la Alemania Oriental y la Occidental aparece también en la reciente serie alemana El mismo cielo (Der gleiche Himmel, 2017), donde la Stasi, a través de sus duros interrogatorios, intenta develar quiénes están detrás de la construcción de un túnel por el que un grupo de jóvenes quiere escapar hacia el Oeste.

Pero sin dudas, donde se puede observar de manera más directa a la Stasi y su funcionamiento es en la película La vida de los otros de Florian Henckel Von Donnersmarck, que fue estrenada en 2006. Ambientada en la convulsionada Berlín oriental de 1984, allí se puede ver el espionaje sobre distintos representantes del ámbito de la cultura. Con una gran recreación de los climas y los escenarios de la época, obtuvo numerosos premios, entre los que se destacan el Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa en 2007 y el BAFTA en la misma categoría.

Algunas de las escenas más recordadas de La vida de los otros fueron rodadas en el ex cuartel general de la Stasi, ubicado en el corazón de la ex Berlín Oriental, que hoy funciona como un museo.

En la visión de Gerd Poppe, resulta importante destacar que la información acumulada por la Stasi "era tanta que ni siquiera estaban en condiciones de llegar a procesarla" y, en ese sentido, "en algunos casos incluso se exagera lo que fue realmente su actividad". "Ellos de ninguna manera abrían todas las cartas y solamente una porción de las conversaciones telefónicas eran escuchadas. Es decir, había muchas cosas que no sabían y otras cosas que sí sabían pero que interpretaban mal", aseguró.

Sobre la trascendencia del accionar de la Stasi, el experto concluyó: "Hay un punto en el que realmente fueron exitosos y es en que generaron miedo en la población. Había muchos que no se animaban a decir nada en público ni a contradecir nada porque decían: 'ellos se enteran de todo, ellos saben todo'. Muy pocos eran los que en el espacio público decían realmente lo que pensaban. La mayoría hablaba dos lenguas, en el sentido de (George) Orwell (en el libro 1984). En su casa hablaban una lengua, allí donde sabían que estaban entre ellos. Y, por otro lado, tenían una lengua para el espacio público en la universidad, en la escuela, en el lugar de trabajo. Esa lengua estaba impregnada de declaraciones, de entrega o aceptación del régimen. Pero de ninguna manera la Stasi fue tan poderosa como se suele creer", concluyó.

* Stasi – La policía secreta de la RDA. Vigilar-Intimidar-Perseguir
Hasta el 5 de noviembre
(Todos los domingos de noviembre, además, se proyectará un ciclo de cine de películas producidas en la RDA a mediados de los años 60, que fueron prohibidas antes de su circulación y archivadas, y que recién se pudieron dar a conocer tras la reunificación alemana)
Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti
Av. del Libertador 8151 – CABA


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