COMPETENCIA Y UTILIDAD DE LOS ARCHIVEROS SEGUN Maria del Carmen Calderón Berrocal (

>>  viernes, 25 de enero de 2013

Sobre algunas competencias de los archiveros y utilidad de estos profesionales
http://www.antoniovchanal.com/ 25/01/2013


Entre los servicios y competencias que pueden realizar los archiveros están las peritaciones caligráficas o la caligrafía forense.

Peritación caligráfica en general y estudios de documentoscopia, como la identificación de autoría de escrituras manuscritas y mecanografiadas, firmas y rúbricas, guarismos, estudio de falsificaciones y anónimos, establecimiento de la autenticidad o falsedad de testamentos ológrafos, identificación de máquinas de escribir, autoría / falsificación de documentos bancarios, mercantiles, contratos, etc. Manipulación de documentos. Delitos contra el patrimonio histórico, documental, etc. Emisión de informes a tribunales y ratificación, defensa del informe en tribunal e informes para abogados y particulares.

En cuanto a ARCHIVÍSTICA Y GESTIÓN DOCUMENTAL, el profesional se encargará de la organización de archivos y gestión documental de las diferentes instituciones; de la elaboración de instrumentos de descripción, informatización de archivos y gestión de bases de datos; normalización documental, diplomática, paleografía, codicología; docencia.

El tratamiento y la gestión archivística se enfoca de la siguiente forma. Los archivos son “los conjuntos orgánicos de los documentos, o la reunión de varios de ellos, reunidos por las personas jurídicas, públicas o privadas, en el ejercicio de sus actividades, al servicio de su utilización para la investigación, la cultura, la información y la gestión administrativa” (Ley de Patrimonio Histórico Español).

En cuanto a la Organización de la documentación para transformar un montón de papeles en un archivo de pleno derecho, se atenderá al desbroce, clasificación, elaboración de Cuadro de Clasificación, ordenación, signaturado, elaboración de tesauros, informatización, transferencias documentales, expurgo, etc. Para la organización de la documentación el cuadro de clasificación apropiado al organismo seguirá su estructura orgánica – funcional, pudiendo la ordenación de la documentación atender a criterios cronológicos, alfabéticos o numéricos según la documentación mande que se trabaje.

La documentación debidamente tratada debe tener su adecuada instalación en un depósito al efecto. Una vez organizada, la documentación es protegida con papel y cartón ph neutro y cajas normalizadas para su conservación.

Pero la documentación se mueve como un organismo vivo que es, tal es un archivo y su compleja identidad. La documentación se mueve mediante transferencias reguladas. Las transferencias de los documentos de gestión desde los Archivos de Oficina o de Gestión, desde las oficinas de la institución al Archivo Central de la misma o a su Archivo Histórico; o transferencia de la documentación de las distintas instituciones al Archivo al que naturalmente deban verter sus fondos documentales. Las transferencias deberán estar completamente normalizadas siguiendo el procedimiento regulado por la ley de archivos.

Hay que atender también a criterios de conservación de la documentación de archivo. Eliminación de elementos que deterioran la documentación, siguiendo medidas de carácter preventivo para evitar en mayor medida los procesos degradatorios a los que están sometidos los documentos. Posteriormente, dotación los depósitos con el mobiliario adecuado como estanterías metálicas, planeros, etc y las medidas de seguridad oportunas.

Hoy día la Archivística y gestión documental se ajustan a procesos normalizadores. La descripción archivística ISAD (G) para describir el fondo, secciones, series de formalizada y con una normativa de rango internacional de descripción archivística, con el objetivo de identificar y explicar el contexto y el contenido de los documentos de archivo con el fin de hacerlos accesibles.

Pero no sólo se trata de agilizar la gestión administrativa diaria o de crear un archivo allí donde había montones de papeles sin identificar, se trata también de difundir el trabajo realizado para el conocimiento de los fondos documentales, poniendo en valor el patrimonio documental.

El archivero debe ser historiador de formación pues solo así alcanzará abordar la archivística y gestión documental en su globalidad. Un archivero no es un gestor de papeles de oficina que estorban y hay que quitar de en medio, se trata de reconocer la figura del profesional de archivos y de su bagaje cultural historicista, que debe contar en su haber con disciplinas como la arqueología, epigrafía, numismática, diplomática, paleografía, historia del libro y de la escritura, biblioteconomía, prehistoria, historia antigua, medieval, moderna y contemporánea, latín y un sinfín de asignaturas que lo harán comprender las mentalidades y las instituciones a través del tiempo; y en base a este bagaje, en base a estos conocimientos podrá comprender en su total dimensión el significado y el valor documental. Aunque hoy se tiende a acortar años de carrera en vez de doblarlos, y de especializar al alumnado hasta el punto que un facultativo sabe de una cosa y nada de todo lo demás. Hay que rentabilizar tiempo, esfuerzo y profesionales, llamar a las cosas por su nombre y decir qué es lo correcto y qué no lo es. No todo lo que se llama progreso lo es. No sólo es documento el que tiene como soporte el papel o el pergamino o los nuevos soportes documentales; sino que el concepto documento va más allá, haciéndose sinónimo de ejemplar, de pieza única; un libro es un documentos, un cuadro es un documento, un mineral en un museo es un documento, una máquina además de ser patrimonio histórico, es también un documento.

Un archivero tendrá la oportunidad de acercarse, siendo historiador, a la INVESTIGACIÓN HISTÓRICA y al mundo de las TRANSCRIPCIONES paleográficas que lo transportan en el tiempo. Un historiador especialista en Historia General estaría facultado para la investigación en Historia General, que comprende Historia Antigua, Medieval, Moderna, Contemporánea, Historia de América, Prehistoria y Arqueología…; pero, no obstante, siempre conviene complementar formación que no se dispensa específicamente en la Facultad de Geografía e Historia. Por ejemplo, son muy interesante los estudios que empezaron de la mano del CSIC y el Instituto Salazar y Castro, la Diplomatura en Genealogía, Heráldica y Nobiliaria, para el archivero que esté al frente de un archivo histórico como un archivo diocesano, parroquial, de Juzgado de Paz o Registro Civil, estas disciplinas le serán muy útiles por el concurso en su archivo de investigadores genealogistas. Estos conocimientos complementarán el bagaje del archivero que siempre puede profundizar y curtirse con el Máster de Archivos, cuya formación se impartía, en Sevilla, antes de su aparición, en las diez ediciones de los Cursos de Archiveros de la Junta de Andalucía que patrocinaba el IAAP, Instituto Andaluz de Administración Pública y que contaba con profesorado universitario, escuela de muchos archiveros y maestros de archiveros.

Nuevas titulaciones surgen intentando abanderar el gremio bajo distintas denominaciones, primero en Granada la Diplomatura en Biblioteconomía y Documentación, después en Extremadura y otras autonomías; más tarde la Licenciatura en Documentación, etc.

Más recientemente han surgido estudios a los que también interesa asomarse, porque la Historia también es Historia de la Prevención de Riesgos Laborales, tanto si el facultativo decide hacerse profesor o archivero le será de suma utilidad, no en vano la ley está progresivamente dando pasos hacia la integración de la PRL en todos los campos del saber.

Un historiador es el profesional adecuado para encargarse laboralmente de todo lo referente al Patrimonio; y, sepamos que en realidad patrimonio es todo, patrimonio cultural casi todo y el historiador o humanista, dependiendo de denominaciones según épocas o modas, es el profesional adecuado y no otros que valiéndose de no se sabe bien qué recursos ejercen labores de gestión documental y de investigación histórica en distintos campos sin ser profesionales competentes al efecto. Un arquitecto no es historiador ni archivero, ni un médico, ni un ingeniero. Cada cual es lo que es y meterse en campos ajenos es siempre problemático; un supuesto avance que ellos proclamen, para un profesional en la materia puede ser una total aberración publicaciones y redacción.

Un historiador archivero sabrá navegar en la investigación documental histórica y contemporánea, haciendo búsqueda de documentación e información, localización de fuentes documentales y bibliográficas, labor esta que beneficiaría a colectivos que por su trabajo necesiten moverse por medio de otras personas especialistas en la materia, especialmente los investigadores que por motivos de desplazamiento, tiempo o especialización, les resulta difícil efectuar su investigación personalmente. Conocer la ubicación de las fuentes y su extensión, conservación, fechas, tipo de escritura y grado de dificultad, posibles formas de reproducción y gestión de las mismas facilita la labor investigadora y hace al profesional muy útil a otras ramas del saber que deben contar con su cualificación para la parte histórica de todas y cada una de las disciplinas o profesiones que actualmente se contemplan; sería el caso de quien necesite hacer historia de la medicina, de la PRL, de la minería, de la industria, etc.

También serán competentes para la elaboración de expedientes genealógicos. La genealogía es una de las investigaciones históricas más extendidas, pues el conocimiento de nuestros antepasados siempre suscita curiosidad o es un resorte legal para esgrimir en la defensa de derechos particulares; historia de cada familia, expedientes genealógicos y reproducción de la documentación interesada. Según su finalidad se constituirán los informes con la documentación requerida en cada asunto, debidamente transcrita y legalizada.

El proceso se completaría con la publicación de resultados por medio de monografías o publicaciones seriadas históricas en todas sus especialidades: Antigua, Medieval, Moderna, Contemporánea; exposiciones, conferencias informativas, jornadas, congresos en los que los distintos profesionales pueden poner en común, para progresar, todo su trabajo.

En cuestión de PALEOGRAFÍA Y NEOGRAFÍA, habría que decir que la Paleografía estudia la grafía de los documentos hasta el siglo XVI, tiene ámbito histórico y legal. Peritajes caligráficos en la Historia hasta el siglo XVII; Neografía siglo XVI en adelante. Por ejemplo identificación de las manos presentes en un documento escrito en una escolanía, en una catedral, en una notaría…; autoría y falsificaciones.

Las transcripciones paleográficas son transcripción de documentación que estando en el mismo idioma, se fijó sobre el soporte en distinto sistema gráfico según los distintos periodos históricos, versus, gótica, carolina, cortesana, procesal, humanística, etc., y todos sus particularismos locales. Desde la obtención de datos concretos para una investigación, la labor del profesional de la historia y los archivos iría hasta la transcripción completa y detallada de todo el documento según las normas del CIDA Consejo Internacional de Archivos, con el amplio marco cronológico que parte desde la escritura romana hasta la actual.

Tal es el amplio campo laboral que abarcan los profesionales que se han curtido en la Historia, las Humanidades, la Archivística y gestión documental y disciplinas anexas. Pero la profesión, aún hoy, es algo desconocida, basta ver la formulación que se hace en las distintas ofertas de empleo, algunas de las cuales asimilan a estos profesionales altamente cualificados con auxiliares administrativos, con personal de servicio y mantenimiento, con mensajería, etc.; mientras otro tanto ocurre con el concepto de archivo que, por mucho que hayamos intentado reivindicarlo y ponerlo en su sitio, hay quienes siguen considerando como un castigo destinar al personal al archivo, montón de papeles o trastero donde casi nunca se encuentra nada. Lo peor es que toda la organización sufre esta lacra conceptual y se perjudica de no consideras a archivos y archiveros en su justa medida.
Maria del Carmen Calderón Berrocal (17 Posts)
Perito Judicial PRL. Auditor PRL. Máster Oficial Prevención de Riesgos Laborales. Doctora en Hª Medieval, Ciencias y Técnicas Historiográficas. Master en Dirección de CCMM. Especialista Universitario AAMM. Archivera. Lda. en Geografía e Historia. CAP y FO.

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